BLOG SOBRE TRADUCCIÓN Y TODO LO QUE ABARCA, DESDE LA HUMILDE PERSPECTIVA DE UN ESTUDIANTE Y FUTURO TRADUCTOR NOVEL

domingo, 15 de abril de 2018

La Biblioteca del monte Char - Scott Hawkins - reseña




La Biblioteca del monte Char es uno de esos libros que permanecen en tu mente mucho tiempo después de haber terminado de leerlo o, en mi caso, de traducirlo. Su autor, Scott Hawkins, programador informático (si buscas sus libros anteriores, solo encuentras manuales sobre Linux y Apache), te presenta una historia sorprendente, en la que cada detalle tiene su relevancia y que conjuga a la perfección la acción con la descripción. El autor domina verdaderamente el arte de sugerir sin necesidad de contar, consigue que imagines todo lo que hay detrás de las criaturas y de los personajes que desfilan por sus páginas con apenas un comentario o un par de adjetivos, de manera que la imaginación del lector hace el resto. Además, Hawkins no malgasta palabras, no alarga escenas ni descripciones más de lo necesario. La acción siempre está en movimiento y el ritmo está muy logrado. Los flashbacks que intercala en la historia, además de ser mis capítulos preferidos, terminan de construir a los personajes y aportan datos que nos ayudan a desentramar el argumento.



El planteamiento podría resumirse así: un ser tremendamente poderoso llamado Padre inicia a doce niños en los misterios de su Biblioteca, un lugar que encierra todos los saberes del universo. Cada uno de ellos se especializa en un “catálogo”: la medicina, los idiomas, el combate, la adivinación del futuro… La Biblioteca, en la que el tiempo transcurre de forma distinta (pensad en el Rincón del alma y el tiempo de Dragon Ball), les permite conseguir habilidades sobrehumanas a fuerza de estudio, pero también les va arrebatando su humanidad. Un buen día, Padre desaparece. Los bibliotecarios descubren que ya no pueden entrar en la Biblioteca y se ven arrojados al mundo exterior. El vacío de poder que ha dejado Padre provoca que se pongan en movimiento poderosas entidades que buscan apoderarse de la Biblioteca; el grupo de bibliotecarios trata de unir fuerzas para descubrir qué le ha ocurrido a Padre y por qué han sido desterrados, pero no todo es lo que parece.

La historia de La Biblioteca del monte Char gira en torno al concepto de “completitud regresiva”. En palabras de Padre, el misterioso y severo mentor de los bibliotecarios, “es la idea de que, por mucho que conozcas el universo, por muchos misterios que resuelvas, siempre habrá otro misterio mucho mayor detrás”. Y este concepto no solo aparece como parte del argumento, sino que en el fondo la estructura del libro sigue este principio. El misterio inicial que plantea el libro se irá desentrañando poco a poco, pero el autor siempre consigue darle una vuelta más, encerrar un misterio dentro de otro misterio. No diré más al respecto.



Se trata de un libro ambicioso, que manipula los conceptos de tiempo y espacio, de realidad y apariencia, abrumándonos con la grandiosidad de los hechos y las acciones de los personajes. Nos plantea unos personajes tan poderosos que han perdido su humanidad y son incapaces de identificarse con las personas que los rodean, algo que consigue despertar nuestra admiración y, al mismo tiempo, nuestra compasión. Hawkins logra hacer creíbles a sus inhumanos personajes y a la vez nos ofrece ciertas pinceladas de humanidad (como el concepto del ascua del corazón, la juventud de Steve y su amistad con Jack…) que a mí me parecieron de una sensibilidad exquisita. Además incluye varios guiños lovecraftianos (cosa que nunca está de más) y a El reino de la noche, de William H. Hodgson, para los cuales tuve que documentarme convenientemente.

En un artículo, el autor contaba que su objetivo era reflejar el espíritu de los mitos clásicos, con sus héroes, semidioses y monstruos, pero sin beber de ninguna fuente en particular. Crear su propia mitología, por así decirlo. Los bibliotecarios de Hawkins recuerdan en gran medida a los Eternos de Neil Gaiman (también he tenido la oportunidad y el placer de trabajar con los cómics de Sandman), seres de gran poder pero con eternas rencillas y problemas entre sí, con un estilo muy shakespeariano. Los miembros de su panteón no son exactamente dioses, pero sí son seres poderosos y deshumanizados; el ser humano no es nada para ellos, no entienden su mundo ni sus inquietudes (de nuevo, muy digno de Lovecraft).

En conclusión, recomendaría La Biblioteca del monte Char por su inagotable capacidad de sorprender, por la riqueza y los detalles del mundo que plantea y por sus personajes ricos y complejos. Es un libro raruno, no nos vamos a engañar, pero a mí me tiene enamorado, y desde que lo terminé estoy deseando leer lo próximo de Hawkins, que por lo que tengo entendido no tendrá absolutamente nada que ver con La Biblioteca.

miércoles, 5 de noviembre de 2014

Traductores envidiables: Francisco Torres Oliver y Rafael Llopis

Francisco Torres Oliver

Hace un tiempo, en El Antro de Loscer prometí que haríamos un lugar de honor entre nuestros traductores envidiables a Francisco Torres Oliver, el traductor de El monje, un libro que me acababa de leer por aquel entonces. Y un vistazo a la biografía de este alicantino de 79 años me terminó de decidir: Francisco Torres Oliver es uno de los impulsores principales del género macabro y de misterio en España junto con Rafael Llopis, toda una institución de la traducción, y además fue uno de los primeros traductores de Howard Phillips Lovecraft. Hoy en día, los editores ya le ofrecen traducir libros que saben que le gustarán, especialmente góticos, fantásticos o de terror. Que la editorial le proponga un libro a su gusto… qué maravilla. De modo que Torres Oliver se trae consigo a otro traductor, Rafael Llopis, en la primera entrada doble de Traductores envidiables. Porque además de compartir gustos, y de haber traducido al mismo autor… ¡son parientes! Podríamos decir que Francisco Torres Oliver es el que más traduce de los dos, un traductor de vocación, y que Rafael Llopis, además de traducir, se encarga más de dirigir la publicación de las antologías, de la escritura de ensayos sobre literatura fantástica.



Francisco Torres Oliver Estudió Filosofía y Letras en Madrid, en la Complutense, y como traductor no literario se ha dedicado a la historia, filosofía y antropología. Pero aquí estamos para hablar de traducción literaria: Torres Oliver ha traducido a Dickens, Defoe, Lovecraft, Jane Austen, Lewis Carroll y Nabokov, entre otros. Recibió en 1991 el Premio Nacional de Traducción de Literatura Infantil y Juvenil, y diez años después se le reconoció toda su carrera con el Premio Nacional a la Obra de un Traductor. También la Asociación Española de Escritores de Terror le otorgó un galardón de reconocimiento en 2009. Torres Oliver considera que la traducción en España ha cambiado mucho pero sigue estando mal remunerada. Eso una gran verdad, especialmente en el ámbito literario, como sabe cualquiera que se haya dedicado, se dedique o siquiera tenga una idea mínima sobre la traducción en España. La traducción literaria es probablemente la más difícil. Mayor volumen de palabras, mayor dificultad, la necesidad de interpretar el texto, de reproducir el estilo del autor… es algo de locos que esté mal pagada. Es el elemento primordial de la publicación de un libro de un autor extranjero: da igual que la portada sea muy chula, que tenga una introducción exhaustiva sobre el autor y su obra… la pieza clave es el texto, y si el texto se ha traducido con plazos imposibles, mal pagados y haciendo sentir al traductor como una pieza más de la maquinaria editorial… Pero no pensemos en esto ahora; estamos hablando hoy de una época de descubrimiento de autores fantásticos (en más de un sentido) gracias a la labor de estos dos grandes traductores. Entre las obras traducidas de Torres Oliver, está la Narrativa completa de Lovecraft en dos volúmenes, la novela de Lovecraft El caso de Charles Dexter Ward, El relato de Arthur Gordon Pym de Poe, Los mitos de Cthulhu (publicado en 1969 y reeditado en 2005), La isla del tesoro, Alicia en el país de las Maravillas, Los viajes de Gulliver, El amante de lady Chatterley, Frankenstein, Drácula, De ratones y hombres, El monje, La colina de Watership

Rafael Llopis

Su colega traductor (y cuñado: Torres Oliver se casó con su hermana Ana) Rafael Llopis es el segundo impulso principal del misterio y el terror literarios en nuestro país, y también tradujo a Lovecraft: Estudió Medicina y trabajó como psiquiatra hasta su jubilación, y tradujo en Ginebra para la O.M.S., nada menos. Se dice que, interesado por la literatura fantástica, que leía en francés por la carencia de publicaciones en castellano, y viendo que algunos autores sólo estaban disponibles en inglés, un idioma que desconocía, lo aprendió a las bravas: leyendo con la ayuda de un diccionario. Se convirtió a base de ensayos y colaboraciones en revistas en una autoridad en escritores fantásticos. Dio a conocer a H.P. Loveccraft en España con la publicación, a su cargo, de Los mitos de Cthulhu, en 1969, que tradujo en parte (el traductor principal fue Francisco Torres Oliver). En esta obra aparece también todo el llamado “Círculo de Lovecraft”: Robert E. Howard (Conan el bárbaro), Clark Ashton Smith, Robert Bloch, August Derleth… Como autor, publicó El novísimo Algazife o Libro de las Postrimerías, un libro que mezcla mitos egipcios con Cthulhu, vampiros y extraterrestres. Ha sido editor de muchas antologías de cuentos de terror (para las que también ha escrito introducciones) y traductor parcial o total de varias obras, como Los que vigilan desde el tiempo (Lovecraft) o Un fragmento de vida (Arthur Machen).

La barba siempre suma puntos


Como véis, se trata de dos grandes figuras de la traducción y la literatura de terror, fantástica, macabra, de misterio y gótica, y todas las denominaciones que se os ocurran. Son sin duda dos traductores envidiables, quizá los más envidiables que he tenido el honor de presentar. Os dejo con una entrevista en vídeo a Torres Oliver sobre Lovecraft, y aquí tenéis otra entrevista (esta vez, escrita) más general de Fabulantes. Saludos.




domingo, 27 de abril de 2014

METAV - Teoría de la Traducción Audiovisual

Tiempo después de haber terminado mi segundo módulo del METAV, aquí os traigo mis impresiones. En esta ocasión, he cursado el módulo de Teoría de la Traducción Audiovisual, a cargo de Alberto Mira, jefe del departamento de cine de la Oxford Brookes University, y autor de varios libros y artículos sobre cine y cultura homosexual. En este caso, se trataba de un módulo más relajado, no tan centrado en la instalación y uso de programas como en la reflexión y el análisis de películas. El temario tenía un primera parte más general sobre teoría de la traducción (extranjerización vs. domesticación, invisibilidad del traductor... lo típico) y después se centraba en en análisis de películas. Y esa es la pega principal que le encuentro al módulo: se basa demasiado en el cine, y no considera todo lo que cabe dentro de la denominación "audiovisual" (que es mucho). El análisis de películas en sí ha sido muy pormenorizado, completamente revelador para mí. Nos mostró la estructura interna de las películas, que todo tiene un sentido, que la película nos habla a nosotros incluso cuando los personajes parecen hablar para sí. Muy interesante, sin duda, pero quizá demasiado especializado.



En cuanto a la evaluación, se basaba en ejercicios semanales, normalmente creativos o de análisis, en los que tuvimos que analizar aspectos concretos de películas de nuestra elección. También hubo un faraónico trabajo final de análisis. El funcionamiento del foro fue bastante más agradable que en el caso del módulo de Multimedia, con una participación menos frenética y más pausada. La organización de los chats no fue muy efectiva, porque no se nos dejó elegir varias fechas distintas, para cubrir las posibilidades de toda la clase, sino que las tres sesiones de chat se celebraban el mismo día, una detrás de otra. Así, si un alumno tenía problemas para asistir a una sesión, lo más normal es que también las tuviera para acudir media hora más tarde. Un problema que se extiende a los dos siguientes módulos. Hay que entender que los profesores son seres humanos con sus propios horarios, pero un poco más de "ensanche" no haría mal a nadie. 

En resumen, creo que ha sido un buen módulo, he aprendido muchísimo sobre cine, aunque quizá no todo lo que podría haber aprendido sobre traducción audiovisual. Un saludo a Alberto Mira, que ha sabido darle al módulo el ritmo propio que necesitaba.

jueves, 6 de febrero de 2014

Shrapnel

Hace unos días, estaba viendo una serie policíaca llamada Ley y Orden en la televisión. Por supuesto, ya que estamos en Portugal, la serie estaba en versión original subtitulada en portugués. Dos policías interrogaban a un individuo serbio llamado Simon Matic, con muy mala pinta, tratando de demostrar que pertenecía a una organización, etc. Le preguntan por su papel en la guerra, e intentan provocarlo llamándole cobarde. Él insiste en que luchó por su país y que tiene una prueba de ello. Se sube la camisa y muestra una gran cicatriz en el costado. El guión original dice esto: "How'd you get it?" "Shrapnel". La traducción se luce con este diálogo: "¿Cómo se la hizo?" "En Shrapnel".

Es evidente que Simon no está contento
con el traductor portugués de Ley y Orden.
Shrapnel, en inglés, significa "metralla". Simon Matic estaba respondiendo bien a la pregunta, indicando cómo se había hecho la cicatriz, y no dónde. Es el típico recurso: si no sabes lo que significa una palabra, igual resulta que era un nombre propio.


miércoles, 15 de enero de 2014

METAV - Multimedia y Localización de Software

Como prometí, aquí estoy para hablar un poco del primer módulo que he cursado en el Máster Europeo de Traducción Audiovisual de la UAB, el módulo de Multimedia y Localización de Software. Creo que la palabra que mejor lo describe es «intenso». No sólo por tener que acostumbrarme a esto del aprendizaje online, a tener la mitad del cerebro siempre pensando en si habrán puesto algún mensaje nuevo, crucial y fatídico en el foro, sino porque he tenido que aprender a usar un montón de programas. Como decía Josep Dávila, uno de los profesores, el objetivo del módulo no ha sido aprender a usar este o aquel programa, sino a conseguir manejar bien un programa que nos es completamente ajeno en cuestión de días. Enseñarnos a trastear, básicamente. Trados, OmegaT, WinSnap, Alchemy Catalyst, PsPad, Httrack, Resource Hacker, Gimp, OpenProj, BlueStacks… son sólo algunos de los que hemos utilizado. Hemos contado también con Pablo Muñoz Sánchez (del archifamoso blog de traducción Algo más que traducir) como profesor de varias unidades, y nos planteó algunas de las actividades más desafiantes.



La estructura de la evaluación durante el módulo estaba bastante bien equilibrada: al empezar cada semana, teníamos disponible el temario de la unidad correspondiente, y se fijaban fechas para las sesiones de chat y la entrega de las actividades semanales. Para establecer la nota, se utilizan las actividades obligatorias, la participación en el foro y en el chat. Tengo que decir, sin embargo, que el foro se ha empleado sin escrúpulos, y que a veces había decenas de mensajes con breves comentarios o agradecimientos. Pero es lo que ocurre cuando la participación en el foro cuenta para nota: todos a escribir. ¿Qué pasa si no tienes ninguna duda sobre el temario ni las actividades de esa semana? En alguna ocasión, me vi obligado a escribir alguna conclusión trivial o redundante, que no aportaba nada. El chat a veces se satura y hay tantas personas que no hay modo humano de meter baza. Pero en fin, no me quejo, es lo que tiene estudiar a distancia. También tiene muchas cosas buenas, como poder gestionarte el tiempo que dedicas al estudio, poder reflexionar bien sobre lo que vas a decir antes de decirlo, o no tener vergüenza a la hora de hablar y dar tu opinión, como muy probablemente me ocurriría en una clase presencial. Creo que las desventajas son contadas y de carácter técnico.

Por último, una mención a los contenidos del módulo: gestión de proyectos, traducción de webs, herramientas de traducción asistida, localización de software y las herramientas indicadas para ello, software libre, aplicaciones móviles (MUY divertida) y las obras multimedia. El ejercicio final del módulo es una ardua tarea en la que tienes que poner en práctica varios de los conocimientos adquiridos durante el módulo y, sobre todo, romperte los cuernos.


Ya en Algo más que traducir se decía que este módulo era el mejor de todos, y he tenido la suerte de empezar con él mi experiencia "metavera" ( \m/ ). Mi primera impresión no ha podido ser mejor; durante el invierno atacaremos el módulo de Teoría, que puede ser un buen contrapunto (y con lo que me gusta a mí darle a la tecla, los ejercicios de redacción teórica y cuasi filosófica me vienen al pelo). Un saludo y agradecimiento a todos los profesores de este primer módulo: Olga Torres, Mari Luz Martín, Pablo Muñoz y Josep Dávila.

sábado, 7 de diciembre de 2013

Traductores envidiables: Ángel Crespo


Como sabréis si seguís mi blog principal, acabo de terminar de leer la primera parte de la Divina Comedia de Dante, el Infierno, y me ha dejado muy impresionado. Pero no sólo la obra en sí, sino la traducción. Es una traducción magnífica, que respeta los versos y la rima, y que mantiene la forma original casi en su totalidad. Comparar una página en italiano y otra en español era como mirar el reflejo del espejo. La elección de palabras es completamente natural, casi evidente, pero al mismo tiempo, quienes hemos intentado traducir poesía (aunque sólo fuera como práctica durante la carrera) sabemos que es una pesadilla, de modo que leer esta traducción para mí es… como si fuera cosa de brujas.

Pero resulta que el traductor es Ángel Crespo. ¿Que quién fue Ángel Crespo? Ensayista, traductor y crítico de arte. El renovador de la cultura española de la posguerra. Poeta. Sin duda ésa es la clave: Ángel Crespo fue poeta.

Y encima era todo un señor

Uno de los debates sin solución del campo de la traducción (y hay muchos) es el problema de la traducción de poesía. Si mantener el sentido de un texto al pasarlo de una lengua a otra ya es complicado, imaginaos cuando ese sentido no está claro, cuando la interpretación del texto es una necesidad. En realidad, siempre lo es, el lector interpreta el texto a su manera siempre, pero en el caso de la poesía es mucho más evidente.

Recuerdo la clase de Lengua y Literatura, cuando nos dijeron que, en la poesía de Lorca, el verde era la muerte, el barco era la muerte y el caballo era la muerte. ¿Por qué? ¿Quién lo dice? Yo cuando pienso en el verde o en un barco no me viene a la mente la imagen de la muerte. ¿Debo aceptar sin más que ese misterio ya ha sido descifrado? ¿No puedo hacer mi propia lectura del texto, debo entender que lo que a mí me sugiere un poema es incorrecto? ¿Por qué he de aprenderme de memoria la explicación que hacen otras personas de un poema y exponerla como si fuera mía? Esa clase de preguntas son las que suscita la poesía.

Si hablamos de la traducción de poesía, una de las “soluciones” parecer ser esta: el traductor de poesía debe ser también poeta. Pero yo no lo termino de ver claro (atención al trabalenguas): sin duda, la traducción de un poeta por parte de un traductor poeta será poética, pero no lo será de la misma forma. Nos transmitirá la poesía del traductor, no la del autor. Por el mismo motivo por el que cada lector interpreta la poesía de una forma, cada traductor poeta la interpretará de una forma y la traducirá de una forma. La única ventaja que tiene el “traductor-poeta” es darle a la obra ese carácter poético, ambiguo y sugerente, pero quien piense que equivale a la obra original, se engaña en la mayor parte de los casos. Ésta ha sido siempre mi posición respecto a esta cuestión. Hasta ahora. Tenía que venir Ángel Crespo a romperme los esquemas y cerrarme la boca.

Como iba diciendo antes de que me interrumpiera a mí mismo con estériles debates sobre traductología, Ángel Crespo nació en Ciudad Real en 1926 y falleció en 1995. Además de una nutrida obra literaria propia, en la que destaca la poesía, y algunos ensayos, Crespo tradujo del  portugués y el italiano y, en menor medida, del francés y el inglés. Tradujo a Pessoa, varias antologías poéticas portuguesas y brasileñas, el Cantar de Roldán y, sobre todo, a Dante y Petrarca. Como veis, prácticamente todo es poesía. Fundó varias revistas de literatura y cultura y se considera una figura vital de la cultura española de los años 50 y 60. Y os puedo decir que todo eso se lo ganó a pulso, porque la traducción de Infierno es una obra de arte, merecedora del Premio de los Lectores y Libreros italianos, la Medalla de Oro della Nascita di Dante y la Medalla de Plata de la Universidad de Venecia. Ganó el Premio Nacional de Traducción por su versión del Cancionero de Petrarca.

Amante desde pequeño de la mitología clásica, Crespo muestra un total dominio y conocimiento de las múltiples referencias de Infierno, y en sus notas a pie de página queda patente que el traductor sabe lo que está traduciendo. Ofrece diversas interpretaciones de algunos pasajes, explica el porqué de sus decisiones dentro de la obra y, como he dicho al principio de esta entrada, y citando esta vez la contraportada del libro, "Su trasvase metrificado y rimado del Infierno dantesco depara al lector un verdadero Dante castellano, difícil cúspide de la exigencia y de la más sutil maestría expresiva".


Es verdaderamente un traductor envidiable, todo lo que se puede aspirar a ser en esta profesión. No puedo esperar a leer las dos partes siguientes de la Divina Comedia, su versión del Cantar de Roldán y el Libro del Desasosiego de Pessoa.

jueves, 3 de octubre de 2013

Inscrito en METAV

Pues sí, ya estoy inscrito en el METAV, el Máster Europeo de Traducción Audiovisual de la Universidad Autónoma de Barcelona. ¡Y empezamos ya mismo! Por desgracia, hasta que vuelva a instalarme en Oporto, voy a estar un poco disperso, pero haré todo lo posible por ir al día y familiarizarme con la plataforma online. Por lo que estoy viendo, va a hacer falta currar, tal y como esperaba. Así que vamos a por ello, con ganas de aprender y curiosidad. Con un poco de suerte, reviviré el blog de traducción gracias al máster. ¡Os mantendré al día!